De una valoración de 4.000 millones de dólares a una penosa suspensión: la historia de la desaparición de la cadena de bloques Kadena y la reflexión de la industria.
El 21 de octubre de 2025, Kadena Organization (la empresa que opera la red Kadena) emitió un anuncio: debido a un “entorno de mercado” desfavorable, la empresa detendrá de inmediato todas las actividades comerciales y el trabajo de mantenimiento de la cadena de bloques. El equipo expresó su agradecimiento a la comunidad en X (anteriormente Twitter) y recordó a los usuarios: los mineros seguirán manteniendo la seguridad de la red, el código seguirá siendo de código abierto, por lo tanto, la cadena en el “nivel técnico” seguirá existiendo.
Pero bajo esta “continuidad a nivel técnico”, se oculta un deterioro de la vitalidad ecológica y económica. La suspensión de Kadena no es un caso aislado de fracaso, sino que se está convirtiendo en una señal importante en la volatilidad de la infraestructura de criptomonedas.
Punto de partida y compromiso: la ambición también conlleva riesgos
Kadena tiene un punto de partida que combina un trasfondo industrial con una gran visión. Fundada por los exingenieros de JPMorgan Stuart Popejoy y William Martino, se lanzó en 2018 con la promesa de superar lo que Ethereum no podía en ese momento: alcanzar un alto rendimiento bajo PoW (prueba de trabajo) a través del sistema de “Cadenas trenzadas”; su lenguaje de programación exclusivo, Pact, enfatiza la “lectura humana” y la verificación formal, posicionándose como una red de infraestructura que combina seguridad y escalabilidad.
El mainnet se lanzó en 2019, y el ecosistema de desarrolladores se fue expandiendo gradualmente. En 2021, su capitalización de mercado alcanzó casi 4 mil millones de dólares.
Sin embargo, ninguna promesa grandiosa puede ocultar un hecho: si los usuarios no vienen, esa visión es solo un diagrama de arquitectura.
Declive de la vitalidad económica: insuficiencia de usuarios, doble contracción de la ecología y la liquidez
En los años siguientes, el desarrollo del ecosistema de Kadena se estancó. Los pocos DApps principales en su ecosistema (como Babena) también tienen un encierre extremadamente limitado. Al mismo tiempo, su token KDA ha caído más del 90% desde su punto más alto. Si falta uno de los tres: usuarios, liquidez o desarrolladores, será difícil sostener la idea de “la cadena como plataforma ecosistémica”. Varios investigadores señalan que Kadena no ha logrado sacudir la posición dominante de la máquina virtual de Ethereum en el ecosistema durante años, lo que se refleja directamente en el movimiento de los tokens y la actividad de los desarrolladores. Además, el consumo de fondos y la falta de impulso en el ecosistema se convirtieron en factores de fondo antes de su suspensión. Todo esto revela una contradicción central: en el actual marco de la economía criptográfica, aunque la oferta sigue expandiéndose, la demanda no ha crecido al mismo ritmo — múltiples cadenas compiten por el mismo grupo de desarrolladores, el mismo grupo de usuarios y la misma liquidez, lo que resulta en que pocos ecosistemas triunfen mientras que los demás desaparecen gradualmente.
Ilusión de diferenciación: tecnología nueva ≠ ajuste producto-mercado
El colapso de Kadena también expuso una verdad que toda la industria no está dispuesta a enfrentar: la novedad de la tecnología no equivale a la adecuación producto-mercado (PMF). Casi cada nueva cadena de bloques afirma ser “escalable”, “rápida” y “con bajas tarifas de gas”, pero cuando la mayoría de los usuarios ya están profundamente integrados en el ecosistema de Ethereum o Solana, ¿quién estaría dispuesto a migrar? El éxito de Ethereum no proviene de ser “el más rápido”, sino porque se ha convertido en el hogar predeterminado para tokens, DAOs y protocolos DeFi; Solana ha surgido rápidamente debido a su comercio de alta frecuencia y escenarios de aplicaciones sociales. En contraste, Kadena, a pesar de hacer “mejor” en los indicadores de arquitectura, tiene pocas posiciones ecológicas claras y una fuerte adherencia de usuarios. Esta lógica de “primero construir la cadena, luego esperar al mercado” es el núcleo de la burbuja de infraestructura: cada nueva cadena persigue una “demanda imaginaria”, mientras que los usuarios y la liquidez se concentran cada vez más en fuerzas maduras. El resultado final es: cientos de redes “técnicamente viables pero económicamente irrelevantes” que dependen de la inercia para mantenerse en funcionamiento, hasta que se retiran del escenario.
Era de la especialización: la reestructuración de la pista de infraestructura
Al mismo tiempo, la consolidación de la red de segunda capa (Layer-2) en el ecosistema de Ethereum y su posición dominante están redefiniendo las “reglas del juego” en el diseño de infraestructuras. La opinión en la industria sostiene que: casi todas las “redes de primera capa alternativas con capitalización de mercado considerable” se lanzaron antes de la actualización Dencun de Ethereum. Esta actualización mejora significativamente la escalabilidad de Ethereum y reduce los costos de las soluciones de segunda capa. El resultado es que: la “prima de primera capa” de estas cadenas alternativas se ha debilitado.
Desde la dimensión de “escalabilidad”, elegir “Ethereum como capa de liquidación y construir una red de segunda capa” suele ser más rentable que “reiniciar una red de primera capa independiente”. Y en términos de estructura de costos, los costos operativos de la primera opción pueden ser tan bajos como el 1% de los de la segunda.
En este contexto, el mercado tiende más hacia la “especialización” que hacia la “universalidad”: las cadenas exitosas ya no se posicionan como “plataformas universales”, sino que se centran en economías digitales específicas de nicho. Kadena, en este sentido, parece confusa: carece de una pista clara y no ha logrado formar una fuerte cultura comunitaria ni escenarios de aplicación.
Lecciones de la integración de olas: ¿qué cadenas serán eliminadas?
La operación de Kadena marca la realidad de la “sobreconstrucción” en la infraestructura de las criptomonedas. El mercado actual tiene dificultades para sostener el estado en el que “cientos de cadenas compiten por el mismo conjunto de liquidez y recursos de desarrolladores”. En ciclos anteriores, una gran cantidad de capital de riesgo se invirtió en redes de primera capa, cadenas modularizadas y Roll-ups, dando por sentado que cada proyecto podría encontrar espacio para crecer en la cadena de bloques. Sin embargo, “la liquidez no es infinita”, y los usuarios siempre tienden a elegir opciones con “mayor conveniencia y un ecosistema más completo”.
En los próximos años, “la integración” podría reemplazar “la expansión”:
Algunas redes lograrán la fusión o la interoperabilidad a través de “ordenadores compartidos” o “marcos modular”;
Otros saldrán en silencio, dejando solo rastros en repositorios como GitHub; las cadenas que realmente pueden sobrevivir de forma independiente deben poseer las siguientes características:
Puede atraer usuarios reales y formar una demanda sostenida;
Volumen de transacciones estable / actividad económica;
Puede demostrar el valor de su espacio de bloque y formar un ciclo de valor interno. En otras palabras, el enfoque del mercado se está trasladando de los “indicadores técnicos” a la “gravedad de la red”. Esta lógica es similar a la de la era temprana de Internet: en aquel entonces, decenas de protocolos competían por la dominación, pero al final solo HTTP, DNS y unos pocos más se convirtieron en estándares universales, mientras que el resto se retiró silenciosamente. La industria de las criptomonedas está entrando en su “fase de eliminación”.
Consejos para desarrolladores e inversores: de la pesca masiva a las apuestas precisas
Para los desarrolladores, esto significa: en el futuro se reducirán las “cadenas vanidosas con métricas atractivas pero sin apoyo ecológico”, y se establecerán más “infraestructuras combinables” basadas en ecosistemas verificados. Para los inversores, esto es un recordatorio que combina advertencia y oportunidad: la disposición a invertir en la primera capa de la red ya no es una “apuesta amplia a la innovación”, sino que debe ser una apuesta selectiva a la “gravedad de la red”—el núcleo está en la capacidad de “atraer y retener capital”, y no solo en “rendimiento” o “parámetros técnicos”. En otras palabras, pregúntese tres cuestiones: ¿Esta cadena tiene usuarios reales? ¿Está haciendo algo que la diferencie de otras cadenas? ¿Puede su ciclo económico sostenerse sin subsidios externos? Si la respuesta es no, entonces, incluso si la tecnología es avanzada, podría ser simplemente “el próximo Kadena”.
Detalles adicionales sobre el cierre de Kadena
Según los últimos informes de los medios: Kadena decidió cesar operaciones debido a la “quema de efectivo” y “agotamiento de fondos”, su token KDA cayó drásticamente el mismo día en que se publicó el anuncio. Este informe también señala que el proyecto experimentó múltiples pérdidas, falta de impulso ecológico y una cadena de financiación tensa antes de suspender sus operaciones, siendo el resultado de un doble golpe del entorno del mercado y el desarrollo interno. Aunque la cadena sigue siendo mantenida por los Mineros, desde el punto de vista de la actividad económica, está casi paralizada.
Conclusión: Triángulo de visión, mercado y tiempo
La detención de Kadena es una dolorosa lección sobre “visión, mercado y tiempo”: la tecnología puede ser asombrosa, pero solo cuando los usuarios reales y el ciclo económico llegan, la visión puede florecer.
Actualmente, el mercado está avanzando hacia la especialización y la integración; el tiempo y la paciencia que se le otorgan a las nuevas cadenas son más cortos que en cualquier otro momento anterior. ¿Quién podrá sobrevivir en esta transformación? La respuesta ya no es “el de mejor rendimiento”, sino “el de mejor ecosistema”.
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De una valoración de 4.000 millones de dólares a una penosa suspensión: la historia de la desaparición de la cadena de bloques Kadena y la reflexión de la industria.
El 21 de octubre de 2025, Kadena Organization (la empresa que opera la red Kadena) emitió un anuncio: debido a un “entorno de mercado” desfavorable, la empresa detendrá de inmediato todas las actividades comerciales y el trabajo de mantenimiento de la cadena de bloques. El equipo expresó su agradecimiento a la comunidad en X (anteriormente Twitter) y recordó a los usuarios: los mineros seguirán manteniendo la seguridad de la red, el código seguirá siendo de código abierto, por lo tanto, la cadena en el “nivel técnico” seguirá existiendo.
Pero bajo esta “continuidad a nivel técnico”, se oculta un deterioro de la vitalidad ecológica y económica. La suspensión de Kadena no es un caso aislado de fracaso, sino que se está convirtiendo en una señal importante en la volatilidad de la infraestructura de criptomonedas.
Punto de partida y compromiso: la ambición también conlleva riesgos
Kadena tiene un punto de partida que combina un trasfondo industrial con una gran visión. Fundada por los exingenieros de JPMorgan Stuart Popejoy y William Martino, se lanzó en 2018 con la promesa de superar lo que Ethereum no podía en ese momento: alcanzar un alto rendimiento bajo PoW (prueba de trabajo) a través del sistema de “Cadenas trenzadas”; su lenguaje de programación exclusivo, Pact, enfatiza la “lectura humana” y la verificación formal, posicionándose como una red de infraestructura que combina seguridad y escalabilidad.
El mainnet se lanzó en 2019, y el ecosistema de desarrolladores se fue expandiendo gradualmente. En 2021, su capitalización de mercado alcanzó casi 4 mil millones de dólares.
Sin embargo, ninguna promesa grandiosa puede ocultar un hecho: si los usuarios no vienen, esa visión es solo un diagrama de arquitectura.
Declive de la vitalidad económica: insuficiencia de usuarios, doble contracción de la ecología y la liquidez
En los años siguientes, el desarrollo del ecosistema de Kadena se estancó. Los pocos DApps principales en su ecosistema (como Babena) también tienen un encierre extremadamente limitado. Al mismo tiempo, su token KDA ha caído más del 90% desde su punto más alto. Si falta uno de los tres: usuarios, liquidez o desarrolladores, será difícil sostener la idea de “la cadena como plataforma ecosistémica”. Varios investigadores señalan que Kadena no ha logrado sacudir la posición dominante de la máquina virtual de Ethereum en el ecosistema durante años, lo que se refleja directamente en el movimiento de los tokens y la actividad de los desarrolladores. Además, el consumo de fondos y la falta de impulso en el ecosistema se convirtieron en factores de fondo antes de su suspensión. Todo esto revela una contradicción central: en el actual marco de la economía criptográfica, aunque la oferta sigue expandiéndose, la demanda no ha crecido al mismo ritmo — múltiples cadenas compiten por el mismo grupo de desarrolladores, el mismo grupo de usuarios y la misma liquidez, lo que resulta en que pocos ecosistemas triunfen mientras que los demás desaparecen gradualmente.
Ilusión de diferenciación: tecnología nueva ≠ ajuste producto-mercado
El colapso de Kadena también expuso una verdad que toda la industria no está dispuesta a enfrentar: la novedad de la tecnología no equivale a la adecuación producto-mercado (PMF). Casi cada nueva cadena de bloques afirma ser “escalable”, “rápida” y “con bajas tarifas de gas”, pero cuando la mayoría de los usuarios ya están profundamente integrados en el ecosistema de Ethereum o Solana, ¿quién estaría dispuesto a migrar? El éxito de Ethereum no proviene de ser “el más rápido”, sino porque se ha convertido en el hogar predeterminado para tokens, DAOs y protocolos DeFi; Solana ha surgido rápidamente debido a su comercio de alta frecuencia y escenarios de aplicaciones sociales. En contraste, Kadena, a pesar de hacer “mejor” en los indicadores de arquitectura, tiene pocas posiciones ecológicas claras y una fuerte adherencia de usuarios. Esta lógica de “primero construir la cadena, luego esperar al mercado” es el núcleo de la burbuja de infraestructura: cada nueva cadena persigue una “demanda imaginaria”, mientras que los usuarios y la liquidez se concentran cada vez más en fuerzas maduras. El resultado final es: cientos de redes “técnicamente viables pero económicamente irrelevantes” que dependen de la inercia para mantenerse en funcionamiento, hasta que se retiran del escenario.
Era de la especialización: la reestructuración de la pista de infraestructura
Al mismo tiempo, la consolidación de la red de segunda capa (Layer-2) en el ecosistema de Ethereum y su posición dominante están redefiniendo las “reglas del juego” en el diseño de infraestructuras. La opinión en la industria sostiene que: casi todas las “redes de primera capa alternativas con capitalización de mercado considerable” se lanzaron antes de la actualización Dencun de Ethereum. Esta actualización mejora significativamente la escalabilidad de Ethereum y reduce los costos de las soluciones de segunda capa. El resultado es que: la “prima de primera capa” de estas cadenas alternativas se ha debilitado.
Desde la dimensión de “escalabilidad”, elegir “Ethereum como capa de liquidación y construir una red de segunda capa” suele ser más rentable que “reiniciar una red de primera capa independiente”. Y en términos de estructura de costos, los costos operativos de la primera opción pueden ser tan bajos como el 1% de los de la segunda.
En este contexto, el mercado tiende más hacia la “especialización” que hacia la “universalidad”: las cadenas exitosas ya no se posicionan como “plataformas universales”, sino que se centran en economías digitales específicas de nicho. Kadena, en este sentido, parece confusa: carece de una pista clara y no ha logrado formar una fuerte cultura comunitaria ni escenarios de aplicación.
Lecciones de la integración de olas: ¿qué cadenas serán eliminadas?
La operación de Kadena marca la realidad de la “sobreconstrucción” en la infraestructura de las criptomonedas. El mercado actual tiene dificultades para sostener el estado en el que “cientos de cadenas compiten por el mismo conjunto de liquidez y recursos de desarrolladores”. En ciclos anteriores, una gran cantidad de capital de riesgo se invirtió en redes de primera capa, cadenas modularizadas y Roll-ups, dando por sentado que cada proyecto podría encontrar espacio para crecer en la cadena de bloques. Sin embargo, “la liquidez no es infinita”, y los usuarios siempre tienden a elegir opciones con “mayor conveniencia y un ecosistema más completo”.
En los próximos años, “la integración” podría reemplazar “la expansión”:
Consejos para desarrolladores e inversores: de la pesca masiva a las apuestas precisas
Para los desarrolladores, esto significa: en el futuro se reducirán las “cadenas vanidosas con métricas atractivas pero sin apoyo ecológico”, y se establecerán más “infraestructuras combinables” basadas en ecosistemas verificados. Para los inversores, esto es un recordatorio que combina advertencia y oportunidad: la disposición a invertir en la primera capa de la red ya no es una “apuesta amplia a la innovación”, sino que debe ser una apuesta selectiva a la “gravedad de la red”—el núcleo está en la capacidad de “atraer y retener capital”, y no solo en “rendimiento” o “parámetros técnicos”. En otras palabras, pregúntese tres cuestiones: ¿Esta cadena tiene usuarios reales? ¿Está haciendo algo que la diferencie de otras cadenas? ¿Puede su ciclo económico sostenerse sin subsidios externos? Si la respuesta es no, entonces, incluso si la tecnología es avanzada, podría ser simplemente “el próximo Kadena”.
Detalles adicionales sobre el cierre de Kadena
Según los últimos informes de los medios: Kadena decidió cesar operaciones debido a la “quema de efectivo” y “agotamiento de fondos”, su token KDA cayó drásticamente el mismo día en que se publicó el anuncio. Este informe también señala que el proyecto experimentó múltiples pérdidas, falta de impulso ecológico y una cadena de financiación tensa antes de suspender sus operaciones, siendo el resultado de un doble golpe del entorno del mercado y el desarrollo interno. Aunque la cadena sigue siendo mantenida por los Mineros, desde el punto de vista de la actividad económica, está casi paralizada.
Conclusión: Triángulo de visión, mercado y tiempo
La detención de Kadena es una dolorosa lección sobre “visión, mercado y tiempo”: la tecnología puede ser asombrosa, pero solo cuando los usuarios reales y el ciclo económico llegan, la visión puede florecer.
Actualmente, el mercado está avanzando hacia la especialización y la integración; el tiempo y la paciencia que se le otorgan a las nuevas cadenas son más cortos que en cualquier otro momento anterior. ¿Quién podrá sobrevivir en esta transformación? La respuesta ya no es “el de mejor rendimiento”, sino “el de mejor ecosistema”.