Recientemente, el mercado financiero ha mostrado algunas señales preocupantes que sugieren que La Reserva Federal (FED) podría tener que ajustar su política monetaria antes de fin de año. Esto no es infundado, sino que se basa en señales reales del mercado.
Varios datos indican que las reservas de fondos del sistema bancario se están acercando gradualmente a la línea de alerta. Esta situación evoca inevitablemente una escena de 2019: en ese momento, La Reserva Federal (FED) planeaba reducir su balance, pero durante el proceso se enfrentó a un repentino aumento en las tasas de interés de préstamos overnight, que pasaron del 2% al 10%, lo que llevó a la necesidad de reiniciar urgentemente la política de flexibilización cuantitativa.
Actualmente, parece que una situación similar se está repitiendo, y la situación podría ser más grave. Los siguientes tres indicadores clave merecen atención:
Primero, el nivel de reservas en el sistema bancario está disminuyendo. Estas reservas pueden considerarse como la "sangre vital" del sistema financiero. Actualmente, la proporción de reservas respecto al PIB ha caído al 9.7%, por debajo del límite de alerta del 10% establecido por la Reserva Federal (FED).
En segundo lugar, los fondos de amortiguación de los bancos están casi agotados. En el pasado, los bancos mantenían grandes sumas de dinero ocioso en las operaciones de recompra inversa (RRP) de La Reserva Federal (FED), que en su momento alcanzaron los 2.4 billones de dólares. Ahora, esta cifra ha caído a niveles bajos de decenas de miles de millones de dólares y sigue disminuyendo.
En tercer lugar, el costo del préstamo interbancario está en aumento. Esto significa que las instituciones financieras están teniendo más dificultades para obtener fondos, lo que podría afectar el funcionamiento de todo el sistema de crédito.
Estas señales sugieren que La Reserva Federal (FED) puede tener que reconsiderar su política monetaria. Si estas tendencias continúan, es posible que veamos a La Reserva Federal (FED) tomar medidas antes de fin de año, lo que podría incluir reiniciar alguna forma de política de expansión cuantitativa.
Sin embargo, es importante destacar que este cambio de política no está garantizado, sino que se basa en una especulación sobre las señales actuales del mercado. Las decisiones de La Reserva Federal (FED) seguirán dependiendo de los datos económicos generales y las consideraciones de estabilidad financiera. Los inversores y participantes del mercado deben prestar atención a los desarrollos en los próximos meses, así como a las declaraciones públicas de los funcionarios de La Reserva Federal (FED), para obtener más pistas sobre la dirección de la política.
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Recientemente, el mercado financiero ha mostrado algunas señales preocupantes que sugieren que La Reserva Federal (FED) podría tener que ajustar su política monetaria antes de fin de año. Esto no es infundado, sino que se basa en señales reales del mercado.
Varios datos indican que las reservas de fondos del sistema bancario se están acercando gradualmente a la línea de alerta. Esta situación evoca inevitablemente una escena de 2019: en ese momento, La Reserva Federal (FED) planeaba reducir su balance, pero durante el proceso se enfrentó a un repentino aumento en las tasas de interés de préstamos overnight, que pasaron del 2% al 10%, lo que llevó a la necesidad de reiniciar urgentemente la política de flexibilización cuantitativa.
Actualmente, parece que una situación similar se está repitiendo, y la situación podría ser más grave. Los siguientes tres indicadores clave merecen atención:
Primero, el nivel de reservas en el sistema bancario está disminuyendo. Estas reservas pueden considerarse como la "sangre vital" del sistema financiero. Actualmente, la proporción de reservas respecto al PIB ha caído al 9.7%, por debajo del límite de alerta del 10% establecido por la Reserva Federal (FED).
En segundo lugar, los fondos de amortiguación de los bancos están casi agotados. En el pasado, los bancos mantenían grandes sumas de dinero ocioso en las operaciones de recompra inversa (RRP) de La Reserva Federal (FED), que en su momento alcanzaron los 2.4 billones de dólares. Ahora, esta cifra ha caído a niveles bajos de decenas de miles de millones de dólares y sigue disminuyendo.
En tercer lugar, el costo del préstamo interbancario está en aumento. Esto significa que las instituciones financieras están teniendo más dificultades para obtener fondos, lo que podría afectar el funcionamiento de todo el sistema de crédito.
Estas señales sugieren que La Reserva Federal (FED) puede tener que reconsiderar su política monetaria. Si estas tendencias continúan, es posible que veamos a La Reserva Federal (FED) tomar medidas antes de fin de año, lo que podría incluir reiniciar alguna forma de política de expansión cuantitativa.
Sin embargo, es importante destacar que este cambio de política no está garantizado, sino que se basa en una especulación sobre las señales actuales del mercado. Las decisiones de La Reserva Federal (FED) seguirán dependiendo de los datos económicos generales y las consideraciones de estabilidad financiera. Los inversores y participantes del mercado deben prestar atención a los desarrollos en los próximos meses, así como a las declaraciones públicas de los funcionarios de La Reserva Federal (FED), para obtener más pistas sobre la dirección de la política.