Dado que los activos encriptados son controlados por la llave privada, ¿por qué es necesario un reconocimiento legal de los derechos de autocustodia?

robot
Generación de resúmenes en curso

Escrito por: Zhang Feng

En los últimos años, con la popularización de los activos criptográficos, la autogestión (es decir, el control independiente de las claves privadas para gestionar los activos digitales) se ha convertido en una forma importante de garantizar la autonomía financiera. Según informes de Jinse Finance, el último informe sobre activos digitales publicado por la Casa Blanca apoya explícitamente el derecho de los individuos a la autogestión de los activos digitales y sugiere que el Congreso apruebe una legislación para confirmar este derecho. El informe también reconoce que tecnologías de mejora de la privacidad como los mezcladores de criptomonedas, las monedas de privacidad y las pruebas de cero conocimiento, al proteger los derechos legales de los usuarios, también pueden ser mal utilizadas por actores ilegales para actividades de lavado de dinero. Tomando como ejemplo el caso de Tornado Cash, los fiscales federales acusaron a este protocolo de privacidad de haber sido utilizado para lavar decenas de miles de millones de dólares, pero su fundador, Roman Storm, argumentó que solo publicó el código abierto y no controló cómo los usuarios utilizan el protocolo.

Este informe ha suscitado una amplia discusión. Muchas personas cuestionan: dado que el núcleo de los activos criptográficos es “la clave privada es el control”, ¿por qué es necesario que la ley confirme el derecho a la autogestión? Discutamos esto.

I. La diferencia esencial entre el control de claves privadas y la confirmación legal de los derechos de autocustodia.

La base técnica de los activos criptográficos es la blockchain y la criptografía. La clave privada, como el único comprobante para acceder y transferir activos, es esencialmente un medio de control técnico. Poseer una clave privada significa tener la capacidad de disponer de los activos en un nivel fáctico, pero si este control es equivalente a un derecho en el sentido legal, requiere un análisis adicional.

Estado de hecho vs. Estado legal. El control de la clave privada es un estado de hecho, es decir, la posesión de activos realizada mediante medios técnicos. Por ejemplo, si alguien posee la clave privada de Bitcoin, puede realizar transacciones de forma independiente, sin necesidad de la intervención de un tercero. Sin embargo, este control de hecho no se reconoce automáticamente en el ámbito legal. El estado legal debe definirse a través de leyes escritas o jurisprudencia que aclare la titularidad de los derechos, el ámbito de protección y los recursos disponibles. Por ejemplo, en los derechos de propiedad tradicionales, la posesión de bienes inmuebles debe confirmarse a través de un sistema de registro para establecer la propiedad; de manera similar, si los derechos de autogestión de los activos criptográficos no son confirmados legalmente, su control se limita al ámbito técnico y carece de protección institucional.

Confirmación de legalidad. El control de la clave privada es inherentemente neutral: puede ser utilizado tanto para transacciones legales como para actividades ilegales (como el lavado de dinero o el robo por hackers). La confirmación legal del derecho de auto-custodia tiene como objetivo distinguir entre la posesión legal y las conductas ilegales, proporcionando una base de legitimidad para los poseedores de buena fe. Por ejemplo, si la ley confirma explícitamente el derecho de auto-custodia, una persona que sufra la pérdida o el robo de su clave privada puede reivindicar su derecho en base a la ley; por el contrario, si la ley no lo confirma, la titularidad de los activos puede enfrentar disputas e incluso ser considerada ilegal en su totalidad.

Protección exclusiva. Aunque el control de la clave privada puede excluir técnicamente el acceso de otros, no puede hacer frente a comportamientos de infracción más complejos. Por ejemplo, cuando un tercero obtiene la clave privada mediante fraude, coerción o vulnerabilidades técnicas, es difícil recuperar las pérdidas solo con medios técnicos. El derecho de autogestión reconocido por la ley otorga protección exclusiva, que incluye la prohibición de la infracción por parte de terceros, la recuperación de activos transferidos ilegalmente y el derecho a solicitar la intervención de autoridades judiciales o administrativas. Esta protección es similar a la “propiedad exclusiva” en el derecho de propiedad, que no puede ser reemplazada por el control técnico.

Remedio judicial. El control de la clave privada, si carece de respaldo legal, puede llevar a dificultades en la defensa de los derechos en caso de disputa. Por ejemplo, cuando los activos autogestionados son transferidos ilegalmente, la víctima debe depender de procedimientos legales para recuperar lo perdido; si la ley no reconoce los derechos de autogestión, el tribunal puede no contar con bases para actuar e incluso puede negar su legitimidad. Por el contrario, una confirmación legal puede proporcionar una base para el remedio judicial, incluyendo la congelación de los activos del infractor, la sentencia de restitución o compensación, entre otros. El informe de la Casa Blanca sugiere que el Congreso legisle, precisamente para llenar este vacío de remedio.

II. Impacto potencial de la falta de reconocimiento legal de los derechos de autocustodia

Si los derechos de auto-custodia permanecen en una zona gris legal a largo plazo, no solo pueden verse perjudicados los derechos individuales, sino que también pueden obstaculizar la innovación tecnológica y el desarrollo del mercado.

La falta de mantenimiento de los derechos puede dificultar la obtención de apoyo legal. La naturaleza descentralizada de los activos criptográficos genera tensión con los sistemas financieros tradicionales. En muchas jurisdicciones, la definición legal de los activos digitales sigue sin ser clara, y la autogestión puede considerarse un acto “informal” o “no protegido”. Por ejemplo, en algunos países, los tribunales al tratar casos relacionados con claves privadas pueden rechazar proporcionar remedio alegando “falta de fundamento legal”. Incluso, ciertos organismos reguladores asocian la autogestión con actividades financieras ilegales, lo que lleva a los poseedores de buena fe a enfrentar el riesgo de que sus activos sean congelados o confiscados. La ausencia de reconocimiento legal, en esencia, debilita la sensación de seguridad en el control de las claves privadas.

La ley incluso podría legislar sobre el ejercicio de los derechos de los activos digitales. Para mantener la estabilidad financiera o combatir actividades ilegales, el gobierno podría implementar regulaciones que limiten la autogestión. Por ejemplo, algunos países han propuesto prohibir las monedas de privacidad o exigir que las copias de las claves privadas se envíen a instituciones designadas. Aunque estas políticas están destinadas a regular el mercado, pueden infringir en exceso los derechos de propiedad personal. Si la ley no aclara el derecho a la autogestión, las personas pueden no ser capaces de combatir tales medidas regulatorias. La razón por la cual el informe de la Casa Blanca sugiere que el Congreso legisle es precisamente para garantizar los objetivos regulatorios al mismo tiempo que se evita una invasión excesiva del poder público en el ámbito privado.

Confianza del mercado y riesgo institucional. La incertidumbre legal puede inhibir la participación en el mercado. Los inversores institucionales y los usuarios individuales pueden evitar la autogestión debido a la preocupación de que sus derechos no estén garantizados, y en su lugar depender de plataformas centralizadas, lo que podría repetir el desastre del colapso de FTX: activos de los usuarios desviados o perdidos. La confirmación legal de los derechos de autogestión puede aumentar la confianza del mercado en la tecnología criptográfica y promover el desarrollo saludable de las finanzas descentralizadas.

Tres, reconocer que los derechos de autogestión no significan libertad absoluta.

Es importante enfatizar que el reconocimiento legal del derecho a la autogestión no equivale a otorgar a las personas una libertad ilimitada. El ejercicio de cualquier derecho debe basarse en no perjudicar los derechos de los demás y el interés público.

Prohibición del abuso de derechos. Los derechos de autocustodia deben estar sujetos a leyes como las de prevención de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Por ejemplo, cuando una persona utiliza activos criptográficos para realizar transacciones ilegales, las autoridades pueden restringir, congelar o recuperar activos de acuerdo con la ley y utilizando tecnologías relacionadas. La ley reconoce los derechos de autocustodia, lo que proporciona un estándar para distinguir entre comportamientos legales e ilegales, y no ofrece refugio a los infractores.

Equilibrio del interés público. El gobierno tiene el derecho de implementar una regulación razonable sobre la autogestión para mantener la estabilidad financiera, la equidad fiscal o la seguridad nacional. Por ejemplo, exigir la declaración de transacciones grandes o cooperar con investigaciones judiciales. El informe de la Casa Blanca también enfatiza que la innovación en activos digitales debe basarse en el principio de «responsabilidad», y que la confirmación legal de los derechos de autogestión busca un equilibrio entre la libertad individual y el interés público.

La colaboración entre la tecnología y la ley. El futuro de los activos criptográficos depende de la evolución conjunta de la tecnología y las instituciones. El control de las claves privadas proporciona una base técnica descentralizada, mientras que la confirmación legal construye un marco de orden bajo el consenso social. Ambos se complementan entre sí para lograr la unidad de “empoderamiento tecnológico” y “protección de derechos”.

El control de las claves privadas de los activos criptográficos es, sin duda, una manifestación de la revolución tecnológica, pero confiar únicamente en la tecnología no puede resolver problemas complejos como la asignación de derechos, la reparación legal y el equilibrio del interés público. El informe de la Casa Blanca apoya el derecho a la autogestión y hace un llamado a la legislación para su confirmación, reconociendo que los hechos tecnológicos deben transformarse en un estado legal para lograr una verdadera protección de la propiedad. En la era digital, la ley no debe estar ausente de la innovación tecnológica, sino que debe construir proactivamente un marco institucional adaptable, que proteja la autonomía individual sobre los activos digitales y garantice que su ejercicio esté alineado con el interés general de la sociedad. Solo así, los activos criptográficos podrán pasar de ser un experimento tecnológico a una infraestructura económica madura.

BTC-0.14%
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
  • Recompensa
  • Comentar
  • Republicar
  • Compartir
Comentar
0/400
Sin comentarios
  • Anclado
Opera con criptomonedas en cualquier momento y lugar
qrCode
Escanee para descargar la aplicación Gate
Comunidad
Español
  • 简体中文
  • English
  • Tiếng Việt
  • 繁體中文
  • Español
  • Русский
  • Français (Afrique)
  • Português (Portugal)
  • Bahasa Indonesia
  • 日本語
  • بالعربية
  • Українська
  • Português (Brasil)