Los DAG están cambiando el juego en el mundo cripto. Nada de bloques ni minería aquí. Las transacciones vuelan y no cuestan un centavo. Interesante, ¿no?
Cada operación es un nodo que valida otras. Una red que crece sola, como un organismo vivo. Suena casi poético.
¿Las ventajas? Velocidad relámpago. Escalabilidad por las nubes. Cero comisiones. Y amigable con el planeta, olvídate de la minería voraz.
Pero ojo, no todo es color de rosa. Hay sombras de centralización. Y su seguridad a gran escala... bueno, está por verse.
IOTA va a la cabeza con esto. Pagos, contratos inteligentes, el cielo es el límite. Parece que los casos de uso son infinitos.
Es pronto para cantar victoria, pero los DAG podrían ser la próxima revolución cripto. ¿Te lo imaginas? El futuro financiero dibujado en gráficos. Curioso, cuanto menos.
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Cada operación es un nodo que valida otras. Una red que crece sola, como un organismo vivo. Suena casi poético.
¿Las ventajas? Velocidad relámpago. Escalabilidad por las nubes. Cero comisiones. Y amigable con el planeta, olvídate de la minería voraz.
Pero ojo, no todo es color de rosa. Hay sombras de centralización. Y su seguridad a gran escala... bueno, está por verse.
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