Si estás frustrado por no tener lo que quieres, necesitas escuchar esto.
"Uno de los días más tristes es cuando eres rico y te das cuenta de que tienes todo lo que quieres, pierdes esa ilusión de pensar "algún día tendré eso". Esa ilusión de "si ahorro lo suficiente, podré comprármelo" es lo que tú estás sintiendo ahora mismo. Y necesitas disfrutarlo. No estés molesto por no tener lo que quieres todavía. Disfruta esa sensación.
Porque una vez que tienes todo lo que quieres y estás ahí sentado con millones y millones de dólares y no hay nada que comprar, nada te emociona. No vas al centro comercial. No quieres ir de compras. No quieres mirar enlaces en Internet. No quieres soñar. Todo está hecho. Lo tienes todo. Es aburrido.
Cuando eso pasa, echas de menos los días en los que te sentabas y pensabas: "Si ahorro, puedo comprarme ese BMW". O "Si trabajo muy duro, puedo conseguir un Lamborghini". O "Ese reloj de 2 millones de dólares, guau, eso me cambiaría la vida". Una vez que lo tienes todo, te sientas con todo tu dinero y piensas que ya no queda nada por comprar excepto poder.
Si estás en casa ahora mismo y tienes un sueño, que es algún objeto material, un coche, una casa, jubilar a tu madre, unas vacaciones, un barco, lo que sea, disfruta ese sueño. Porque en el momento en que tengas todo lo que has soñado, vas a querer algo más. Y peor aún, una vez que hayas completado ese ciclo suficientes veces, no vas a querer nada en absoluto. Y vas a echar de menos los días en los que te sentabas como estás sentado ahora mismo queriendo cosas."
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Si estás frustrado por no tener lo que quieres, necesitas escuchar esto.
"Uno de los días más tristes es cuando eres rico y te das cuenta de que tienes todo lo que quieres, pierdes esa ilusión de pensar "algún día tendré eso". Esa ilusión de "si ahorro lo suficiente, podré comprármelo" es lo que tú estás sintiendo ahora mismo. Y necesitas disfrutarlo. No estés molesto por no tener lo que quieres todavía. Disfruta esa sensación.
Porque una vez que tienes todo lo que quieres y estás ahí sentado con millones y millones de dólares y no hay nada que comprar, nada te emociona. No vas al centro comercial. No quieres ir de compras. No quieres mirar enlaces en Internet. No quieres soñar. Todo está hecho. Lo tienes todo. Es aburrido.
Cuando eso pasa, echas de menos los días en los que te sentabas y pensabas: "Si ahorro, puedo comprarme ese BMW". O "Si trabajo muy duro, puedo conseguir un Lamborghini". O "Ese reloj de 2 millones de dólares, guau, eso me cambiaría la vida". Una vez que lo tienes todo, te sientas con todo tu dinero y piensas que ya no queda nada por comprar excepto poder.
Si estás en casa ahora mismo y tienes un sueño, que es algún objeto material, un coche, una casa, jubilar a tu madre, unas vacaciones, un barco, lo que sea, disfruta ese sueño. Porque en el momento en que tengas todo lo que has soñado, vas a querer algo más. Y peor aún, una vez que hayas completado ese ciclo suficientes veces, no vas a querer nada en absoluto. Y vas a echar de menos los días en los que te sentabas como estás sentado ahora mismo queriendo cosas."