El optimismo regresó a los mercados estadounidenses en medio de una corrección. Según el último informe semanal de cierto banco, los inversores compraron $3.9 mil millones en acciones estadounidenses durante la semana pasada, marcando un fuerte rebote en la actividad tras tres semanas consecutivas de ventas.
Los flujos netos hacia acciones individuales alcanzaron $4.1 mil millones, convirtiéndose en la quinta cifra más alta desde 2008 y la mayor jamás registrada en una semana donde el S&P 500 cayó al menos 1%.
Esto refleja un cambio de comportamiento claro: los inversores no están huyendo ante la volatilidad, sino aprovechando las correcciones como oportunidad de entrada.
El impulso principal provino de los inversores institucionales, que sumaron $4.4 mil millones en compras netas, el volumen más alto desde noviembre de 2022. Estas cifras confirman que los grandes fondos están retomando posiciones en renta variable, posiblemente anticipando un escenario más favorable en el cuarto trimestre si la Reserva Federal mantiene las tasas sin cambios.
Retail y hedge funds en direcciones opuestas
Por su parte, los inversores minoristas también mostraron un repunte en la confianza: compraron $1.1 mil millones, marcando su segunda semana de compras en las últimas seis.
Aunque la actividad minorista sigue siendo moderada en comparación con los picos de 2021, su participación indica que la narrativa del “buy the dip” sigue teniendo fuerza en el sentimiento de mercado.
En el lado opuesto, los hedge funds continuaron reduciendo exposición, con ventas netas de $1.6 mil millones, completando su quinta semana consecutiva de desinversión.
Este contraste entre compras institucionales y ventas de hedge funds sugiere una divergencia estratégica: mientras los fondos especulativos priorizan la gestión del riesgo a corto plazo, los institucionales parecen posicionarse para un rebote más sostenido.
Perspectivas para el cuarto trimestre
El contexto macroeconómico sigue siendo desafiante. La volatilidad se mantiene elevada, el rendimiento del Tesoro a 10 años ronda máximos recientes y las perspectivas de crecimiento global son dispares. Sin embargo, la solidez del empleo en Estados Unidos y la resiliencia de los beneficios empresariales han evitado un deterioro más profundo en el sentimiento general.
En este escenario, los flujos recientes podrían interpretarse como una apuesta temprana por un rally de fin de año, impulsado por la estabilización de la inflación y la expectativa de una Fed más paciente. Si la tendencia continúa, la narrativa del “buy the dip” podría volver a ser una fuerza dominante en los mercados estadounidenses, especialmente de cara al cierre de 2025.
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Los inversores institucionales reactivan el «buy the dip» pese a la caída del S&P 500
El optimismo regresó a los mercados estadounidenses en medio de una corrección. Según el último informe semanal de cierto banco, los inversores compraron $3.9 mil millones en acciones estadounidenses durante la semana pasada, marcando un fuerte rebote en la actividad tras tres semanas consecutivas de ventas.
Los flujos netos hacia acciones individuales alcanzaron $4.1 mil millones, convirtiéndose en la quinta cifra más alta desde 2008 y la mayor jamás registrada en una semana donde el S&P 500 cayó al menos 1%.
Esto refleja un cambio de comportamiento claro: los inversores no están huyendo ante la volatilidad, sino aprovechando las correcciones como oportunidad de entrada.
El impulso principal provino de los inversores institucionales, que sumaron $4.4 mil millones en compras netas, el volumen más alto desde noviembre de 2022. Estas cifras confirman que los grandes fondos están retomando posiciones en renta variable, posiblemente anticipando un escenario más favorable en el cuarto trimestre si la Reserva Federal mantiene las tasas sin cambios.
Retail y hedge funds en direcciones opuestas
Por su parte, los inversores minoristas también mostraron un repunte en la confianza: compraron $1.1 mil millones, marcando su segunda semana de compras en las últimas seis.
Aunque la actividad minorista sigue siendo moderada en comparación con los picos de 2021, su participación indica que la narrativa del “buy the dip” sigue teniendo fuerza en el sentimiento de mercado.
En el lado opuesto, los hedge funds continuaron reduciendo exposición, con ventas netas de $1.6 mil millones, completando su quinta semana consecutiva de desinversión.
Este contraste entre compras institucionales y ventas de hedge funds sugiere una divergencia estratégica: mientras los fondos especulativos priorizan la gestión del riesgo a corto plazo, los institucionales parecen posicionarse para un rebote más sostenido.
Perspectivas para el cuarto trimestre
El contexto macroeconómico sigue siendo desafiante. La volatilidad se mantiene elevada, el rendimiento del Tesoro a 10 años ronda máximos recientes y las perspectivas de crecimiento global son dispares. Sin embargo, la solidez del empleo en Estados Unidos y la resiliencia de los beneficios empresariales han evitado un deterioro más profundo en el sentimiento general.
En este escenario, los flujos recientes podrían interpretarse como una apuesta temprana por un rally de fin de año, impulsado por la estabilización de la inflación y la expectativa de una Fed más paciente. Si la tendencia continúa, la narrativa del “buy the dip” podría volver a ser una fuerza dominante en los mercados estadounidenses, especialmente de cara al cierre de 2025.