Ford está teniendo un buen año con las acciones subiendo un 18% en 2025 hasta el 5 de septiembre, superando tanto a Tesla como a Apple. Pero, ¿podría este fabricante de automóviles tradicional realmente ser un billete hacia la libertad financiera? Soy escéptico.
Mirando bajo el capó, Ford tiene algunas características atractivas. Su segmento comercial, Ford Pro, muestra promesas con un crecimiento de ingresos del 11% interanual y un impresionante margen operativo del 12.3% en el segundo trimestre. Su división de vehículos eléctricos también está creciendo, con volúmenes unitarios aumentados un 19.3% en agosto, aunque sigue perdiendo dinero.
La acción parece barata con un P/E a futuro de 8.6 y ofrece un jugoso rendimiento por dividendos del 5.13%. Además, hay que destacar la resiliencia de Ford: una institución americana de 120 años que emplea a 171,000 personas y que ha tenido el vehículo más vendido durante casi cinco décadas.
Pero no puedo ignorar los defectos evidentes. Los ingresos de Ford crecieron solo un 28% en la última década, un crecimiento patéticamente lento en el mercado actual. Su margen operativo ha promediado un miserable 1.9% durante ese período. A diferencia de las empresas basadas en suscripciones que disfrutan de flujos de ingresos predecibles, Ford vende artículos de alto precio que los consumidores abandonan rápidamente durante las recesiones económicas.
Los números cuentan la brutal verdad: Ford ha entregado un retorno total de solo el 49% en la última década, mientras que el S&P 500 tuvo un asombroso retorno del 304%. Esa inversión de $10,000 valdría más de $40,000 en el índice, pero apenas se habría movido en Ford.
No he visto nada que sugiera que este bajo rendimiento cambiará. A pesar de su estatus icónico en la industria estadounidense, Ford simplemente no ha demostrado ser capaz de generar riqueza significativa para los accionistas. Los desafíos fundamentales de la industria automotriz - la demanda cíclica, los altos costos fijos y la intensa competencia - hacen que sea una batalla cuesta arriba.
Para los inversores que buscan rendimientos que cambian la vida, Ford parece el vehículo equivocado para el viaje. La compañía puede seguir produciendo camiones populares, pero su acción parece destinada a permanecer en el carril lento.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Acciones de Ford: ¿Una inversión que cambia la vida o un pozo de dinero?
Ford está teniendo un buen año con las acciones subiendo un 18% en 2025 hasta el 5 de septiembre, superando tanto a Tesla como a Apple. Pero, ¿podría este fabricante de automóviles tradicional realmente ser un billete hacia la libertad financiera? Soy escéptico.
Mirando bajo el capó, Ford tiene algunas características atractivas. Su segmento comercial, Ford Pro, muestra promesas con un crecimiento de ingresos del 11% interanual y un impresionante margen operativo del 12.3% en el segundo trimestre. Su división de vehículos eléctricos también está creciendo, con volúmenes unitarios aumentados un 19.3% en agosto, aunque sigue perdiendo dinero.
La acción parece barata con un P/E a futuro de 8.6 y ofrece un jugoso rendimiento por dividendos del 5.13%. Además, hay que destacar la resiliencia de Ford: una institución americana de 120 años que emplea a 171,000 personas y que ha tenido el vehículo más vendido durante casi cinco décadas.
Pero no puedo ignorar los defectos evidentes. Los ingresos de Ford crecieron solo un 28% en la última década, un crecimiento patéticamente lento en el mercado actual. Su margen operativo ha promediado un miserable 1.9% durante ese período. A diferencia de las empresas basadas en suscripciones que disfrutan de flujos de ingresos predecibles, Ford vende artículos de alto precio que los consumidores abandonan rápidamente durante las recesiones económicas.
Los números cuentan la brutal verdad: Ford ha entregado un retorno total de solo el 49% en la última década, mientras que el S&P 500 tuvo un asombroso retorno del 304%. Esa inversión de $10,000 valdría más de $40,000 en el índice, pero apenas se habría movido en Ford.
No he visto nada que sugiera que este bajo rendimiento cambiará. A pesar de su estatus icónico en la industria estadounidense, Ford simplemente no ha demostrado ser capaz de generar riqueza significativa para los accionistas. Los desafíos fundamentales de la industria automotriz - la demanda cíclica, los altos costos fijos y la intensa competencia - hacen que sea una batalla cuesta arriba.
Para los inversores que buscan rendimientos que cambian la vida, Ford parece el vehículo equivocado para el viaje. La compañía puede seguir produciendo camiones populares, pero su acción parece destinada a permanecer en el carril lento.