Recientemente, una advertencia sobre la posible inclusión de dispositivos de radio ocultos en los equipos de carreteras solares ha suscitado una amplia atención. La Administración Federal de Carreteras de EE. UU. (Federal Highway Administration) emitió recientemente un comunicado, señalando que se han encontrado dispositivos de radio no registrados en algunos inversores y sistemas de gestión de baterías fabricados en el extranjero. Estos componentes se utilizan principalmente en infraestructuras como cámaras de tráfico, estaciones meteorológicas, cargadores de vehículos eléctricos y áreas de descanso en carreteras alimentadas por energía solar.
Este descubrimiento ha vuelto a despertar la inquietud de las personas sobre la dependencia de la tecnología extranjera, especialmente de los equipos fabricados en China. Los funcionarios de transporte de Estados Unidos están preocupados de que estos dispositivos ocultos de radio y otros equipos no registrados puedan ser implantados en la infraestructura de carreteras solares, lo que podría llevar a la vigilancia y sabotaje extranjero de sistemas críticos en Estados Unidos.
El académico de la Universidad George Mason, Anomadarshi Barua, advirtió que "esto podría causar mucha confusión." Él indicó que las radios no autorizadas podrían ser utilizadas como armas para perturbar los sistemas de tráfico. Además, con la proliferación de vehículos autónomos, este tipo de dispositivos podría amenazar el funcionamiento normal de sus sistemas de seguridad.
Aunque la Administración Federal de Carreteras no ha indicado específicamente de qué país provienen estos dispositivos problemáticos, es bien sabido que muchos de los inversores utilizados en la infraestructura de EE. UU. provienen de China. A este respecto, la Embajada de China en Washington ha negado estas acusaciones y ha expresado su oposición a "la distorsión y la difamación de los logros de China en el campo de la infraestructura energética".
Este seguimiento también podría allanar el camino para futuras prohibiciones de importación de más equipos chinos. En mayo de este año, Reuters informó que se habían encontrado "dispositivos de comunicación maliciosos" en inversores y baterías fabricados en China, lo que generó preocupaciones sobre posibles vulnerabilidades en la red eléctrica de EE. UU. Además, la Organización Nacional de Energías Renovables de Dinamarca también informó el mes pasado que se habían encontrado componentes desconocidos en equipos importados, los cuales estaban destinados originalmente a su red energética.
Varios organismos de EE. UU. han comenzado a limitar la influencia de China en otros sectores de transporte. En enero de este año, el Departamento de Comercio finalizó las reglas pertinentes, que prohibirán casi todos los automóviles y camiones fabricados en China de ingresar al mercado estadounidense antes de 2026, debido a preocupaciones de que el software y hardware de los vehículos puedan recopilar datos sensibles o realizar operaciones remotas.
Para reducir el riesgo, las recomendaciones de la Administración Federal de Carreteras también incluyen revisar los inversores en la red de carreteras de EE. UU., utilizar herramientas de análisis de espectro para detectar cualquier comunicación anómala, deshabilitar o eliminar dispositivos de radio no registrados, y segmentar correctamente la red para reducir el riesgo.
Aunque esta advertencia se trata más de transmitir información que de amenazas técnicas, los políticos estadounidenses, incluidos los demócratas y los republicanos, han intensificado recientemente sus acusaciones sobre las amenazas tecnológicas de China, retratándolas como posibles "caballos de Troya".
Con la preparación de Estados Unidos para invertir cientos de miles de millones de dólares en la construcción de infraestructura verde, las compras nacionales de equipos experimentarán un crecimiento. Esto ya ha sido respaldado en los últimos años por la estrategia "América Primero" implementada por el ex presidente Trump.
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Recientemente, una advertencia sobre la posible inclusión de dispositivos de radio ocultos en los equipos de carreteras solares ha suscitado una amplia atención. La Administración Federal de Carreteras de EE. UU. (Federal Highway Administration) emitió recientemente un comunicado, señalando que se han encontrado dispositivos de radio no registrados en algunos inversores y sistemas de gestión de baterías fabricados en el extranjero. Estos componentes se utilizan principalmente en infraestructuras como cámaras de tráfico, estaciones meteorológicas, cargadores de vehículos eléctricos y áreas de descanso en carreteras alimentadas por energía solar.
Este descubrimiento ha vuelto a despertar la inquietud de las personas sobre la dependencia de la tecnología extranjera, especialmente de los equipos fabricados en China. Los funcionarios de transporte de Estados Unidos están preocupados de que estos dispositivos ocultos de radio y otros equipos no registrados puedan ser implantados en la infraestructura de carreteras solares, lo que podría llevar a la vigilancia y sabotaje extranjero de sistemas críticos en Estados Unidos.
El académico de la Universidad George Mason, Anomadarshi Barua, advirtió que "esto podría causar mucha confusión." Él indicó que las radios no autorizadas podrían ser utilizadas como armas para perturbar los sistemas de tráfico. Además, con la proliferación de vehículos autónomos, este tipo de dispositivos podría amenazar el funcionamiento normal de sus sistemas de seguridad.
Aunque la Administración Federal de Carreteras no ha indicado específicamente de qué país provienen estos dispositivos problemáticos, es bien sabido que muchos de los inversores utilizados en la infraestructura de EE. UU. provienen de China. A este respecto, la Embajada de China en Washington ha negado estas acusaciones y ha expresado su oposición a "la distorsión y la difamación de los logros de China en el campo de la infraestructura energética".
Este seguimiento también podría allanar el camino para futuras prohibiciones de importación de más equipos chinos. En mayo de este año, Reuters informó que se habían encontrado "dispositivos de comunicación maliciosos" en inversores y baterías fabricados en China, lo que generó preocupaciones sobre posibles vulnerabilidades en la red eléctrica de EE. UU. Además, la Organización Nacional de Energías Renovables de Dinamarca también informó el mes pasado que se habían encontrado componentes desconocidos en equipos importados, los cuales estaban destinados originalmente a su red energética.
Varios organismos de EE. UU. han comenzado a limitar la influencia de China en otros sectores de transporte. En enero de este año, el Departamento de Comercio finalizó las reglas pertinentes, que prohibirán casi todos los automóviles y camiones fabricados en China de ingresar al mercado estadounidense antes de 2026, debido a preocupaciones de que el software y hardware de los vehículos puedan recopilar datos sensibles o realizar operaciones remotas.
Para reducir el riesgo, las recomendaciones de la Administración Federal de Carreteras también incluyen revisar los inversores en la red de carreteras de EE. UU., utilizar herramientas de análisis de espectro para detectar cualquier comunicación anómala, deshabilitar o eliminar dispositivos de radio no registrados, y segmentar correctamente la red para reducir el riesgo.
Aunque esta advertencia se trata más de transmitir información que de amenazas técnicas, los políticos estadounidenses, incluidos los demócratas y los republicanos, han intensificado recientemente sus acusaciones sobre las amenazas tecnológicas de China, retratándolas como posibles "caballos de Troya".
Con la preparación de Estados Unidos para invertir cientos de miles de millones de dólares en la construcción de infraestructura verde, las compras nacionales de equipos experimentarán un crecimiento. Esto ya ha sido respaldado en los últimos años por la estrategia "América Primero" implementada por el ex presidente Trump.