Impulsada por la ola de digitalización global, la gestión de activos empresariales está experimentando una transformación sin precedentes. A medida que se acerca 2025, tanto la fuerza como la profundidad de esta transformación continúan aumentando, redefiniendo la forma y la lógica de la gestión de activos empresariales.
Uno de los pioneros de esta transformación es BlackRock, que ha logrado tokenizar bonos por más de mil millones de dólares, abriendo un nuevo camino para la digitalización de activos financieros tradicionales. Esta iniciativa innovadora marca la entrada oficial del sector financiero en la era de los activos digitales.
En esta nueva era, el núcleo de la gestión de activos empresariales se compone de cuatro elementos clave, formando un 'cuarteto' coherente: Activo de Datos (Data Asset), Activo del Mundo Real (Real World Asset, RWA), Activo de Datos Reales (Real Data Asset, RDA) y Tesorería de Activos Digitales (Digital Asset Treasury, DAT). Aunque estos cuatro elementos tienen características propias, existe una estrecha relación entre ellos, impulsando conjuntamente a las empresas a transformarse de meros poseedores de activos a creadores activos del valor del capital digital.
Para entender la esencia de estos cuatro modelos, podemos comparar a la empresa con una 'fábrica digital'. En esta metáfora, los activos de datos son como los registros de producción y los archivos de equipos de la fábrica, que documentan todos los aspectos de la operación empresarial. RWA puede verse como la división estandarizada de la propiedad de la fábrica, lo que facilita la circulación y el comercio de los activos. RDA es la presentación valorizada de los datos de producción en tiempo real de la fábrica, haciendo que los datos mismos se conviertan en activos medibles. DAT actúa como un puente que conecta los activos tradicionales con los activos criptográficos, introduciendo nuevas formas de operación de capital para las empresas.
Este nuevo modelo de gestión de activos no solo cambia la percepción de las empresas sobre los activos, sino que también les ofrece estrategias de operación de activos más diversificadas. Al aprovechar eficazmente este 'cuarteto', las empresas pueden adaptarse mejor a las demandas de la economía digital, mejorar la eficiencia en la utilización de activos y mantener una ventaja en la cada vez más feroz competencia del mercado.
A medida que avanza el proceso de digitalización, podemos prever que cada vez más empresas comenzarán a adoptar esta nueva forma de gestión de activos. Esto no es solo un avance a nivel técnico, sino también un cambio significativo en el pensamiento estratégico de las empresas. Aquellas empresas que puedan adaptarse rápidamente y dominar este nuevo modelo de gestión de activos tendrán una posición favorable en la competencia financiera futura.
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StopLossMaster
· hace1h
Esta vez BlackRock lo está haciendo bastante bien.
Impulsada por la ola de digitalización global, la gestión de activos empresariales está experimentando una transformación sin precedentes. A medida que se acerca 2025, tanto la fuerza como la profundidad de esta transformación continúan aumentando, redefiniendo la forma y la lógica de la gestión de activos empresariales.
Uno de los pioneros de esta transformación es BlackRock, que ha logrado tokenizar bonos por más de mil millones de dólares, abriendo un nuevo camino para la digitalización de activos financieros tradicionales. Esta iniciativa innovadora marca la entrada oficial del sector financiero en la era de los activos digitales.
En esta nueva era, el núcleo de la gestión de activos empresariales se compone de cuatro elementos clave, formando un 'cuarteto' coherente: Activo de Datos (Data Asset), Activo del Mundo Real (Real World Asset, RWA), Activo de Datos Reales (Real Data Asset, RDA) y Tesorería de Activos Digitales (Digital Asset Treasury, DAT). Aunque estos cuatro elementos tienen características propias, existe una estrecha relación entre ellos, impulsando conjuntamente a las empresas a transformarse de meros poseedores de activos a creadores activos del valor del capital digital.
Para entender la esencia de estos cuatro modelos, podemos comparar a la empresa con una 'fábrica digital'. En esta metáfora, los activos de datos son como los registros de producción y los archivos de equipos de la fábrica, que documentan todos los aspectos de la operación empresarial. RWA puede verse como la división estandarizada de la propiedad de la fábrica, lo que facilita la circulación y el comercio de los activos. RDA es la presentación valorizada de los datos de producción en tiempo real de la fábrica, haciendo que los datos mismos se conviertan en activos medibles. DAT actúa como un puente que conecta los activos tradicionales con los activos criptográficos, introduciendo nuevas formas de operación de capital para las empresas.
Este nuevo modelo de gestión de activos no solo cambia la percepción de las empresas sobre los activos, sino que también les ofrece estrategias de operación de activos más diversificadas. Al aprovechar eficazmente este 'cuarteto', las empresas pueden adaptarse mejor a las demandas de la economía digital, mejorar la eficiencia en la utilización de activos y mantener una ventaja en la cada vez más feroz competencia del mercado.
A medida que avanza el proceso de digitalización, podemos prever que cada vez más empresas comenzarán a adoptar esta nueva forma de gestión de activos. Esto no es solo un avance a nivel técnico, sino también un cambio significativo en el pensamiento estratégico de las empresas. Aquellas empresas que puedan adaptarse rápidamente y dominar este nuevo modelo de gestión de activos tendrán una posición favorable en la competencia financiera futura.