Los mercados financieros de Estados Unidos se enfrentan actualmente a un desafío grave. Varios indicios sugieren que La Reserva Federal (FED) podría verse obligada a tomar nuevamente medidas de relajación de la política monetaria. Esto no es infundado, sino que se basa en la presión real del mercado actual.
Primero, la liquidez del sistema bancario se está agotando rápidamente. Esta situación es similar a la que enfrenta una gran empresa con dificultades de flujo de efectivo. No podemos evitar recordar la situación de 2019: en ese momento, debido a que La Reserva Federal (FED) endureció la política monetaria, la tasa de interés de los préstamos interbancarios a un día se disparó 5 veces de la noche a la mañana, lo que finalmente obligó a La Reserva Federal (FED) a reintegrar liquidez para estabilizar el mercado.
Hoy en día, parece que estamos repitiendo un guion similar, pero la situación podría ser más grave. Hay varias señales claras que merecen nuestra atención:
1. El nivel de reservas de los bancos ha caído a un nivel peligroso. La línea de seguridad establecida anteriormente por La Reserva Federal (FED) es que las reservas bancarias no deben ser inferiores al 10% del PIB. Sin embargo, actualmente el PIB de Estados Unidos es de aproximadamente 30.5 billones de dólares, mientras que las reservas bancarias son solo de 2.96 billones de dólares, lo que hace que la proporción haya caído por debajo del 9.7%, por debajo de la línea de seguridad.
2. Los fondos de reserva de los bancos están prácticamente agotados. Durante períodos de abundancia de liquidez, los bancos depositan fondos ociosos en herramientas de recompra inversa (RRP), alcanzando un pico de 2.4 billones de dólares. Ahora, esta cifra ha caído a solo unos pocos miles de millones, lo que equivale a un estado de cero. Esto significa que el sistema bancario ha perdido un importante mecanismo de amortiguación, y si surge un problema, podría resultar en consecuencias graves.
3. La disposición a prestar entre bancos ha disminuido. Actualmente, la tasa de préstamo interbancario (SOFR) es más alta que la tasa oficial, lo que refleja que los bancos enfrentan una escasez de efectivo y carecen de confianza entre sí, prefiriendo renunciar a los ingresos por intereses en lugar de prestar fondos.
Lo que es más preocupante es que esta situación es más complicada que en el pasado. A pesar de que la economía estadounidense ha crecido en comparación con el pasado, la situación financiera de los bancos se ha vuelto más tensa. Al mismo tiempo, el gobierno sigue emitiendo grandes cantidades de deuda, con un déficit anual que supera los 2 billones de dólares, y estas deudas necesitan ser compradas y mantenidas por alguien.
Frente a estos desafíos, La Reserva Federal (FED) podría verse obligada a reconsiderar su posición sobre la política monetaria. Sin embargo, en el contexto de la presión inflacionaria actual, los responsables de la toma de decisiones se enfrentarán a difíciles compensaciones. La dirección futura de los mercados financieros estadounidenses, sin duda, afectará los nervios de la economía global.
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Los mercados financieros de Estados Unidos se enfrentan actualmente a un desafío grave. Varios indicios sugieren que La Reserva Federal (FED) podría verse obligada a tomar nuevamente medidas de relajación de la política monetaria. Esto no es infundado, sino que se basa en la presión real del mercado actual.
Primero, la liquidez del sistema bancario se está agotando rápidamente. Esta situación es similar a la que enfrenta una gran empresa con dificultades de flujo de efectivo. No podemos evitar recordar la situación de 2019: en ese momento, debido a que La Reserva Federal (FED) endureció la política monetaria, la tasa de interés de los préstamos interbancarios a un día se disparó 5 veces de la noche a la mañana, lo que finalmente obligó a La Reserva Federal (FED) a reintegrar liquidez para estabilizar el mercado.
Hoy en día, parece que estamos repitiendo un guion similar, pero la situación podría ser más grave. Hay varias señales claras que merecen nuestra atención:
1. El nivel de reservas de los bancos ha caído a un nivel peligroso. La línea de seguridad establecida anteriormente por La Reserva Federal (FED) es que las reservas bancarias no deben ser inferiores al 10% del PIB. Sin embargo, actualmente el PIB de Estados Unidos es de aproximadamente 30.5 billones de dólares, mientras que las reservas bancarias son solo de 2.96 billones de dólares, lo que hace que la proporción haya caído por debajo del 9.7%, por debajo de la línea de seguridad.
2. Los fondos de reserva de los bancos están prácticamente agotados. Durante períodos de abundancia de liquidez, los bancos depositan fondos ociosos en herramientas de recompra inversa (RRP), alcanzando un pico de 2.4 billones de dólares. Ahora, esta cifra ha caído a solo unos pocos miles de millones, lo que equivale a un estado de cero. Esto significa que el sistema bancario ha perdido un importante mecanismo de amortiguación, y si surge un problema, podría resultar en consecuencias graves.
3. La disposición a prestar entre bancos ha disminuido. Actualmente, la tasa de préstamo interbancario (SOFR) es más alta que la tasa oficial, lo que refleja que los bancos enfrentan una escasez de efectivo y carecen de confianza entre sí, prefiriendo renunciar a los ingresos por intereses en lugar de prestar fondos.
Lo que es más preocupante es que esta situación es más complicada que en el pasado. A pesar de que la economía estadounidense ha crecido en comparación con el pasado, la situación financiera de los bancos se ha vuelto más tensa. Al mismo tiempo, el gobierno sigue emitiendo grandes cantidades de deuda, con un déficit anual que supera los 2 billones de dólares, y estas deudas necesitan ser compradas y mantenidas por alguien.
Frente a estos desafíos, La Reserva Federal (FED) podría verse obligada a reconsiderar su posición sobre la política monetaria. Sin embargo, en el contexto de la presión inflacionaria actual, los responsables de la toma de decisiones se enfrentarán a difíciles compensaciones. La dirección futura de los mercados financieros estadounidenses, sin duda, afectará los nervios de la economía global.