En octubre de 2024, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, hizo declaraciones sobre la reducción de tasas y el cierre del balance, lo que provocó una fuerte reacción en los mercados financieros globales. Esta declaración no solo llevó a que el precio del oro subiera a corto plazo y a que los rendimientos de los bonos del tesoro de EE. UU. disminuyeran, sino que también impulsó el fortalecimiento de los activos de riesgo. Sin embargo, detrás de esta señal aparentemente positiva se ocultan dificultades económicas más complejas y presiones de liquidez.
La Reserva Federal (FED) no ha optado por este cambio de política de manera proactiva, sino que ha respondido pasivamente a desafíos duales. Primero, la actual tensión en el mercado monetario recuerda la 'crisis de recompra' de 2019. El 15 de octubre, como un indicador clave del costo de financiamiento a corto plazo en dólares, la tasa SOFR se disparó 10 puntos básicos en un solo día. Al mismo tiempo, el tamaño del mercado de recompra se ha reducido a 800 mil millones de dólares, un 20% menos que hace cuatro años. Más preocupante es la vulnerabilidad del sistema bancario: a pesar de que el total de reservas bancarias alcanza los 2.8 billones de dólares, su proporción respecto al PIB apenas supera el 10%. Morgan Stanley ya ha advertido que si esta proporción cae por debajo del 8%, podría desencadenar riesgos sistémicos.
En segundo lugar, la debilidad de la economía real proporciona una justificación razonable para las políticas de flexibilización. El modelo GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para el tercer trimestre al 1.2%, y los puestos de trabajo temporales han mostrado una tendencia a la baja durante cinco meses consecutivos. Estos datos reflejan una falta de impulso en el crecimiento económico, lo que proporciona un apoyo objetivo para que la Reserva Federal ajuste la dirección de su política.
Sin embargo, en este momento crítico conocido como 'período de vacío de datos', aún existe una gran incertidumbre sobre si el cambio de política de La Reserva Federal (FED) podrá convertirse en el 'salvavidas' del mercado o si podría ser el 'preludio' de un riesgo mayor. Los participantes del mercado deben estar atentos a los futuros datos económicos y las tendencias políticas para poder hacer frente mejor a las posibles fluctuaciones del mercado y los desafíos económicos.
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· hace4h
¿Todos creen que va a subir? ¡Entonces yo me voy primero!
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TopBuyerBottomSeller
· 10-20 15:50
La caída es el nuevo punto de partida
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ChainDoctor
· 10-20 15:44
Un clic para que la moneda alcista To the moon
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BrokenYield
· 10-20 15:39
lmao vibras de la crisis de repos de 2019 de nuevo... dinero inteligente ya dirigiéndose a las salidas rn
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SeasonedInvestor
· 10-20 15:39
Duele, realmente hemos vuelto a la configuración de 2019.
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GasFeeSobber
· 10-20 15:39
Verdaderamente es un ciclo de tontos y segadores.
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StrawberryIce
· 10-20 15:33
Ay, La Reserva Federal (FED) finalmente se rindió.
En octubre de 2024, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, hizo declaraciones sobre la reducción de tasas y el cierre del balance, lo que provocó una fuerte reacción en los mercados financieros globales. Esta declaración no solo llevó a que el precio del oro subiera a corto plazo y a que los rendimientos de los bonos del tesoro de EE. UU. disminuyeran, sino que también impulsó el fortalecimiento de los activos de riesgo. Sin embargo, detrás de esta señal aparentemente positiva se ocultan dificultades económicas más complejas y presiones de liquidez.
La Reserva Federal (FED) no ha optado por este cambio de política de manera proactiva, sino que ha respondido pasivamente a desafíos duales. Primero, la actual tensión en el mercado monetario recuerda la 'crisis de recompra' de 2019. El 15 de octubre, como un indicador clave del costo de financiamiento a corto plazo en dólares, la tasa SOFR se disparó 10 puntos básicos en un solo día. Al mismo tiempo, el tamaño del mercado de recompra se ha reducido a 800 mil millones de dólares, un 20% menos que hace cuatro años. Más preocupante es la vulnerabilidad del sistema bancario: a pesar de que el total de reservas bancarias alcanza los 2.8 billones de dólares, su proporción respecto al PIB apenas supera el 10%. Morgan Stanley ya ha advertido que si esta proporción cae por debajo del 8%, podría desencadenar riesgos sistémicos.
En segundo lugar, la debilidad de la economía real proporciona una justificación razonable para las políticas de flexibilización. El modelo GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para el tercer trimestre al 1.2%, y los puestos de trabajo temporales han mostrado una tendencia a la baja durante cinco meses consecutivos. Estos datos reflejan una falta de impulso en el crecimiento económico, lo que proporciona un apoyo objetivo para que la Reserva Federal ajuste la dirección de su política.
Sin embargo, en este momento crítico conocido como 'período de vacío de datos', aún existe una gran incertidumbre sobre si el cambio de política de La Reserva Federal (FED) podrá convertirse en el 'salvavidas' del mercado o si podría ser el 'preludio' de un riesgo mayor. Los participantes del mercado deben estar atentos a los futuros datos económicos y las tendencias políticas para poder hacer frente mejor a las posibles fluctuaciones del mercado y los desafíos económicos.